La lucecilla oscura
Amor, amor, amor, eran aquellas palabras
que se repetían en mi mente, mientras daba vueltas y vueltas en el lúgubre
bosque de mi fantasía, cuando creía que
toda mi vida había transcurrido sin sentido, cuando pensaba que el amor así
como llegaba desaparecía repentinamente, cuando mis palabras se tornaban
oscuras y ambiguas, cuando me encontraba en lo más profundo del abismo de la
desesperación, pero apareciste tú, vestida esplendorosamente, radiante como los
rayos del sol, y yo pequeño entre pequeños, inocente entre inocentes,
estúpidamente me encontraba contemplando aquel semblante que cautivaba a
cualquiera que te hubiese presenciado, y sentí como con la más blandura que
pudiese existir acariciabas mis
sonrojadas mejillas, pero de un momento a otro sentía como perdía la felicidad
al escuchar el sonido del tren avisando su partida que me transportaba a mi
cruda realidad, sola, obscura y sin amor.
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